jueves, 27 de agosto de 2009

Un jardín que regar y un juego al que jugar:

Si los procesos inconscientes son los procesos de más bajo nivel, los conscientes son los de más alto y la inteligencia es el cauce inconsciente/consciente. Así, cada estructura metabólica por la que se modula ese trozo de subjetividad que conformará la pieza inteligente de nuestra cosmovisión, se puede asemejar a una manguera por la cual va un chorro a presión de agua que riega el jardín de nuestra cosmovisión.
La cosmovisión es la integración entre la conciencia, el consciente y el ego: La conciencia observa el estado del ego e informa al consciente si se están violando los valores catalogados como de subsistencia en la etapa en la cual se ha establecido ese cero Emotivo/Racional.
Entonces la cosmovisión es una propiedad emergente por la interacción de esas tres facultades mentales en un mismo cerebro. La dinámica sería la siguiente: Las mangueras adquieren presión, el consciente recibe la alerta de que llegan datos, la conciencia se prepara para ir categorizando entre lo que es bueno y lo que es malo. Entran regiones del recuerdo a largo plazo, las neuronas espejo comienzan a empatizar un posible futuro, el área de memoria a corto plazo retiene los datos derivados y lo contrastan con la cosmovisión actual, que es una recopilación de sensaciones y memoria a largo plazo. Se especula una categoría moral y se aceptan aquellos pensamientos que permitan ir suministrando energía al jardín en el que descansamos, denominado cosmovisión.
Siendo el consciente el receptor de toda esa información, la voluntad queda relegada a la función de puntero que da proyección a toda esa energía. Las ‘mangueras’ apuntan hacia lo más alto: La voluntad. Por lo que en la ilustración tendremos siete u ocho mangueras apuntando hacia lo más alto.
La voluntad es el resultado de un proceso de economía. Para sostener un entorno social como el humano, se necesita una moral mucho más elaborada que la de otras especies animales en las que se observan rituales de cortejo, de turnos de comida, de juegos que marcan quien es el mejor dotado… etc.
Cuando hay turnos de comida, rituales de cortejo, juegos de competencia… es porque hay una moral que indica que es lo correcto e incorrecto. En los turnos de comida la moral indica que el más capacitado para continuar suministrando comida al grupo, será el primero. Para el caso de los rituales de cortejo, será el que ofrezca más garantías de seguridad a la hembra, siendo esta quien otorgue el premio a los finalistas. Para el caso del liderazgo será quien demuestre una capacidad de proyectar la fuerza con una inteligencia más aguda. Todo ello se activa desde la emoción, produciendo un sentimiento y conformando un deseo, pues el cortex cerebral no racionaliza al mismo nivel que el humano las distintas inteligencias (aunque las posea) y que capacita para la realimentación de los procesos personales que nos permitirán ser lo que debemos ser para la sociedad en la que convivamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario